Plataformas Vibratorias

lunes, 10 de octubre de 2011

Plataforma Vibratoria - Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad en la cual se disminuye la cantidad de minerales en el hueso y su capacidad de regeneración, perdiendo fuerza la parte de hueso trabecular y reduciéndose la zona cortical por un defecto en la absorción del calcio, lo que vuelve a los huesos quebradizos y susceptibles de fracturas y de microfracturas, y puede llevar a la aparición de anemia o ceguera. La densidad mineral de los huesos se establece mediante la densitometría ósea.



La utilización de Plataformas Vibratorias mejora la respuesta de los osteoclastos, células del hueso sintetizadoras de la matriz ósea. Estas Células se encargan principalmente del mantenimiento, el crecimiento y la reparación del hueso.  El desarrollo de los osteoblastos se ve influenciado por distintos factores que estimulan su formación,  como el aumento de producción de la hormona paratiroidea y el favorecimiento en la absorción de la vitamina D.
El entrenamiento en Plataformas Vibratorias produce una aceleración mecánica del esqueleto apendicular y axial, beneficiando la osteogénesis, provocando así un aumento de la masa ósea .  
El atractivo del uso de plataformas vibratorias ( entrenamiento por aceleración ), es la posibilidad de utilizar esta actividad como terapia en el tratamiento de la osteoporosis , oesteogénesis imperfecta y otras afecciones óseas, con rutinas de bajo impacto en personas con movilidad reducida , poca fuerza muscular y personas de avanzada edad, potenciando no sólo la regeneración ósea, sino también la tonificación muscular en un ambiente de mayor control y seguridad que la actividad física tradicional.
Ya han sido demostrados los beneficios de la utilización del entrenamiento por aceleración y sus efectos positivos sobre la fuerza muscular isométrica y explosiva, sarcopenia, movilidad, rectificación postural en hombres y mujeres mayores o con déficit musculoesquelético en actividades tanto cotidianas como deportivas.

Efectos de las Plataformas Vibratorias  sobre la Masa Ósea

La normalidad de la arquitectura esquelética, el pico de masa ósea o la masa ósea en un momento concreto, no son sólo parámetros genéticamente determinados, sino que además son el reflejo de una historia de modelamiento y remodelamiento la cual se encuentra profundamente influida por la sobrecarga mecánica.

Es sabido que la masa ósea va aumentando a través de los años desde la infancia a la madurez, hasta un momento álgido (más o menos sobre los 30 años) en el cual se detiene tal aumento. Una vez alcanzado su valor máximo, empieza a disminuir a partir de los 40.
Sin tener clara la pauta de disminución ósea, se puede decir que la pérdida media anual es del 0,5-1 %, siendo esta pérdida más acentuada en las mujeres, las cuales en la post-menopausia temprana pueden llegar a perder un 5-8 % al año.

Asimismo se sabe que el tejido óseo más afectado es el trabecular (Palacios et ál., 2001). Sobre el efecto benéfico de la actividad física sobre el tejido óseo se han postulado diversos mecanismos. Aloia y Cohn ofrecen tres posibles explicaciones: una influencia nerviosa directa, cambios vasculares y del flujo sanguíneo asociado al ejercicio y la tensión mecánica y muscular como resultado del esfuerzo para mantener el peso.

Parece que el tejido óseo se ve influido por los esfuerzos de compresión en su eje longitudinal, normalmente producido por efecto gravitatorio y por tensión muscular, pero también como resultado de fuerzas de impactos longitudinales que a su vez provocan vibración en el hueso como en el caso de la marcha y la carrera.

Las explicaciones ofrecidas por los estudios de vibración se centran más sobre los factores intrínsecos del propio hueso y su ambiente.

Una de ellas sugiere que la carga induce alteraciones de la presión Intermedular lo cual induce un flujo de líquido a través de los espacios extracelulares en las lagunas y canalículas, el cual aumenta al utilizar frecuencias más altas. El flujo causa un
“estrés de cizallamiento” sobre la membrana celular lo cual se sabe que estimula células en cultivo (Weinbaum et ál., 1994; Hsieh y Turner, 2001) . Además, también se ha sugerido la posibilidad de que los potenciales eléctricos generados por el estrés inducido por la carga mejoren el flujo extracelular y estimulen las células óseas (Hsieh y Turner, 2001).

Se han propuesto también diversos mecanismos para la conversión de fuerzas de líquido extracelular en respuestas celulares; tales mecanismos son mecanorreceptores de membrana, proteínas de adhesión locales, señales citoesqueléticas, y la curvatura de las fibras extracelulares.

Desde el punto de vista biológico las señales mecánicas osteogénicas que forman y previenen la pérdida de hueso pueden también influir sobre moléculas que participan en la formación y reabsorción ósea. Rubin y colaboradores (2001a) mostraron que hay una relación inversa entre la citoquina (osteoclastogénesis) y la tasa de formación ósea.

El auge del entrenamiento con vibraciones ha llevado también a examinar los distintos efectos de dicho método de entrenamiento, entre los cuales se encuentra también el efecto sobre la masa ósea. Los estudios más numerosos se deben a Rubin y la mayoría se han realizado con modelos animales.

Ya en su primer trabajo con McLeod (1994) se puso de manifiesto la sensibilidad del tejido óseo al estímulo vibratorio, su experimento observó que una vibración de baja amplitud y alta frecuencia puede mejorar de forma eficaz la formación de tejido trabecular. Los índices dinámicos de neoformación ósea (tasa de aposición mineral y superficie etiquetada) se estimularon de manera significativa (un 51 % tras 30 días de exposición) en la trabécula de la parte distal de la tibia.

Recientemente Rubin y colaboradores estudiaron los efectos de la vibración tras un periodo de 12 meses (5 veces a la semana, 20 minutos al día), sobre las porciones proximal y distal del fémur (2001a y 2002a) y sobre la tibia (2002b). Se aplicó una vibración vertical a 30Hz, con aceleración pico de 0,3 G y amplitud de 0,1mm. Tras el periodo de estimulación se observó que la densidad mineral ósea (medida a través de DXA) de la porción proximal del fémur era un 5,4 % mayor. En el trocánter menor se encontró un aumento del 34,2 % en la densidad ósea trabecular (Rubin et ál., 2001a y 2001c).

La histología del hueso sin descalcificar mostró un aumento en la densidad trabecular reflejado por un incremento del 32,2 % en el volumen de hueso trabecular, un 45 % de aumento en el número de malla trabecular, y un 36 % de reducción en el espacio de malla; lo cual indica mejora en la calidad del hueso trabecular.

Por su parte, los hallazgos en hueso trabecular de la porción distal del fémur, también estimulado, fueron un aumento del contenido mineral en un 10,6 %, y aumento del número trabecular en un 8,3 %, mientras que el espacio trabecular disminuyó un 11,3 %. El escáner de tomografía computarizada, mostró un aumento de rigidez (stiffness) y fuerza en el plano que soporta el peso.

El cambio alcanzó la significancia estadística a las 29 semanas (Rubin et ál., 2002a). Rubin evaluó también la capacidad de la vibración para neutralizar la osteoporosis inducida por la falta de actividad, se comprobó que el entrenamiento con vibración había neutralizado por completo los efectos negativos de la falta de actividad luego de 28 días y con sesiones de 10 minutos diarios durante 5 días semanales.

Por otra parte, Flieger y colaboradores demostraron que una vibración de 50Hz con una aceleración de 2 G, durante 30 minutos al día, 5 días a la semana y 12 semanas producía una prevención en la pérdida de la masa ósea.

Los dos últimos estudios realizados emplean periodos de tiempo bastante largos (6 y 12 meses) y utilizan como sujetos a mujeres posmenopáusicas. El estudio de 6 meses (Verschueren et ál., 2004) comparó los efectos producidos en tres grupos sometidos a condiciones diferentes como fueron VT, entrenamiento de fuerza y sin entrenamiento (grupo control). El protocolo de VT consistía en 3 sesiones a la semana de un máximo de 30 minutos (incluido calentamiento y vuelta a calma).

Cada sesión estaba separada de la precedente por un mínimo de un día. La amplitud máxima alcanzada fue de 2,5 mm, la frecuencia 35-40 Hz y la aceleración varió entre 2,28 y 5,09 G.

Tras los 6 meses de tratamiento observaron que mientras la densidad mineral ósea total y en la zona lumbar no había cambiado sí había aumentado en la zona de la cadera.


Plataforma Vibratoria durante el período Posmenopáusico
 

En un estudio realizado por un periodo de 1 año (Rubin et ál., 2004) se sometió a mujeres que estaban en periodo posmenopáusico desde hacía 3-8 años a un tratamiento con entrenamiento por aceleración.

El protocolo usado fue de 2 entrenamientos diarios de 10 minutos separados por 10 horas cada uno. La frecuencia empleada era de 30 Hz y la aceleración producida de 0,2 g.

El entrenamiento se aplicó todos los días durante un año. Tras este periodo se aplicaron tests para ver si la densidad mineral ósea había cambiado; se analizó la DMO tanto en la cabeza del fémur como en la columna lumbar.

Los resultados encontrados fueron un aumento relativo del 2,17 % para la cabeza del fémur y un 1,5 % para la columna.

Al mismo tiempo los autores observaron que los cambios más beneficiosos se daban en mujeres con un peso corporal más bajo (Rubin et ál., 2004).


¿Posee el Entrenamiento por Aceleración propiedades Osteogénicas?

Rubin y McLeod postulan que el efecto anabólico sobre el hueso trabecular lo constituyen estímulos mecánicos de baja magnitud y alta frecuencia, en sesiones de 20 / 30 minutos y a una frecuencia de entre 30 HZ y 45 Hz. No se han observado mejoras medibles en ensayos con tiempos de trabajo en periodos menores a 10 minutos (aun en trabajos diarios continuos, 5 veces a la semana).

Otros estudios indican que la aceleración Osteogénica durante la utilización de plataformas vibratorias se deba a la denominada Resonancia Estocástica,  la cual es un fenómeno por el que un ruido mecánico mejora la respuesta de un sistema no lineal a una señal débil empujándola por encima de su umbral. La resonancia estocástica puede aumentar la mecanosensibilidad de distintos mecanoreceptores como los husos musculares y sus propiedades de regeneración, que poseen en algunos puntos propiedades similares o comunes a la regeneración ósea.

Osteoporosis en Argentina

Osteoporosis: más del 60% de las pacientes abandona el tratamiento
Según un estudio argentino realizado en más de 800 mujeres.
Los huesos no duelen, hasta que se rompen. Como la pérdida de masa ósea que caracteriza a la osteoporosis se produce en silencio, muchas mujeres no encuentran razones para seguir el tratamiento que les ha sido indicado por su médico para prevenir posibles fracturas. Incluso algunas de ellas ni siquiera llegan a iniciar ese tratamiento. Eso es lo que revela un estudio realizado por el doctor José Zanchetta, representante de América latina en el Comité Directivo de la Fundación Internacional de la Osteoporosis (IOF, según su sigla en inglés).
Tras estudiar a 820 mujeres argentinas mayores de 50 años, a las que se les había indicado un tratamiento estándar para la osteoporosis (alendronato o raloxifeno), observó que el 14% ni siquiera había comenzado a tomar las drogas. "Entre las pacientes que sí comenzaron el tratamiento, al año sólo el 57% de las que tomaban raloxifeno y el 54% de las que tomaban alendronato seguían tomando las drogas -comentó el doctor Zanchetta-.
Pero a los dos años de comenzado el tratamiento, sólo el 42 y el 37% de las pacientes, respectivamente, no lo había abandonado." Los resultados del estudio local coinciden con investigaciones previas sobre osteoporosis realizadas en otros países, que muestran que alrededor de la mitad de los pacientes abandona el tratamiento al año de haberlo comenzado. "Lo mismo sucede con la mayoría de los tratamientos para las enfermedades crónicas, como la hipertensión o la diabetes", agregó Zanchetta.
En la Argentina, se estima que una de cada tres mujeres mayores de 50 años padece osteoporosis, lo que significa que alrededor de un millón y medio de mujeres está en riesgo de sufrir una fractura ante un traumatismo mínimo.
Y, si de fracturas se trata, un estudio local ha estimado que en la actualidad hay más de 227.000 mujeres con muñecas fracturadas por osteoporosis, y más de 685.000 cuyas vértebras han corrido la misma suerte.
Mundos paralelos "En el mundo ideal, que es el mundo de los ensayos clínicos [que se hacen para evaluar la efectividad de una droga], el 80% de las pacientes que toman las drogas para tratar la osteoporosis se mantiene en tratamiento, que debe durar al menos dos años para ser efectivo -comentó el doctor Zanchetta-.
Para ellas, por ejemplo, las drogas y la atención médica son gratuitas." En el mundo real, las cosas son diferentes: los medicamentos no son gratuitos; tampoco lo es la atención médica y, además, las pacientes a las que se les indica un tratamiento para la osteoporosis habitualmente ya se encuentran tomando fármacos para el control de otras dolencias. "En nuestro estudio, las pacientes tomaban en promedio tres medicamentos para el tratamiento de condiciones como la dislipemia, la hipertensión o la diabetes -contó el especialista, director de la maestría en osteología y metabolismo mineral de la Escuela de Posgrado de la Universidad del Salvador (USAL)-.
No todas quieren agregar un nuevo medicamento a su vida cotidiana." Y no es sólo una cuestión económica. "Aunque el costo del nuevo medicamento que hay que agregar sea cero, si la paciente no ha sido educada sobre la importancia de prevenir y tratar la osteoporosis, hay un 50% de probabilidades de que no adopte este nuevo tratamiento."
Es que, hay que repetirlo, la osteoporosis no duele. "La artrosis, sí, y ese dolor le recuerda a la paciente que debe tomar los medicamentos -apunto el doctor Zanchetta-. Pero eso no sucede con la osteoporosis." En un intento por facilitar la adhesión a los tratamientos, la industria farmacéutica persigue el desarrollo de drogas que requieren pocas pastillas por día, por semana o por mes. Tal es el caso de una nueva formulación de ibandronato recientemente introducida en el país, que sólo requiere que la paciente tome una pastilla al mes.

El 40% de las mujeres de más de 50 años sufre algún tipo de Fractura
Cada 22 minutos, una persona de más de 50 años se fractura la cadera. Y un 35 por ciento de ellas, muere por distintas complicaciones.
En las mujeres de esa edad hay otros riesgos: 4 de cada 10 sufren fracturas en general. Las cifras, divulgadas ayer por la Sociedad Argentina de Osteoporosis, surgen de una estadística nacional: aquí se registran 24.200 de fracturas de cadera por año.
El anuncio fue realizado durante el encuentro "Osteoporosis en Argentina: epidemiología, prevención y nuevos avances terapéuticos", en donde también se oficializó que según un estudio del Hospital Argerich, hay 1.200.000 mujeres afectadas por osteoporosis. "No me sorprenden las cifras. Me parece que cada vez se detectan más casos porque, afortunadamente, las mujeres tienen más en cuenta el controlar el estado de sus huesos.
Entonces consultan y eso queda registrado. No es que ahora haya más osteoporosis que antes", comenta Marta Cortelezzi, bioquímica del comité científico de la Sociedad Argentina de Endocrinología Ginecológica y Reproductiva (SAEGRE). "Lo llamativo son los datos sobre fracturas de cadera y su incidencia en adultos mayores. En eso debería focalizar el sector de salud. América latina, en general, debe concientizarse del envejecimiento de su población y del aumento del riesgo de padecer osteoporosis y fracturas asociadas y de la carga económica que eso representará para los escasos productos existentes", le comentó a Clarín, Luis Fernando Somma, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Osteoporosis (SAO), especialista en reumatología y osteología.
Esa "enfermedad en los huesos" es una dolencia que afecta a la estructura ósea y tiene como particularidad el deterioro de la masa y tejido óseo, situaciones que a su vez provocan fragilidad y aumentan el riesgo de padecer fracturas, en especial en las zonas de vértebras. Cuando se habla de ella se la suele asociar a las mujeres menopáusicas, porque en ellas el riesgo es mayor debido a la edad y sus cambios hormonales. Pero no son las únicas que pueden desarrollarla. "El padecer osteoporosis tiene relación, en parte, con la falta de vitamina D y la escasa exposición al Sol, que favorece su absorción. Por eso se consideran grupo de alto riesgo a quienes viven en países nórdicos (por su prolongado clima invernal) y también a las talibanes, que acostumbran a cubrir gran parte de su cuerpo. Pero también corren peligro las anoréxicas y bulímicas, por sus desórdenes alimentarios.
En nuestro país, son más favorecidas las personas del Norte, que las de Ushuaia, por ejemplo", comenta la bioquímica Cortelezzi. En cuanto a tratamientos, la novedad, también divulgada durante el encuentro, es la utilización de una droga, el ibandronato, que se usa para el tratamiento y prevención de la osteoporosis postmenopáusica.

Calcio, sol y vitamina D
Según la Sociedad Argentina de Osteoporosis, así se puede prevenir la enfermedad:
* La prevención debe empezar en la niñez y adolescencia con una ingesta de 1.000 a 1.500 mg de calcio diarios: 1 litro de leche o 4 yogures o 150 g de queso o su combinación.
* Lograr un buen nivel de vitamina D con una exposición solar diaria.
* Hacer actividad física a diario: gimnasia o simplemente caminar 1 hora por día. Ayuda a fijar el calcio al hueso.
Así, entre los 25 y 30 años, se logra un buen pico de masa ósea, que es el máximo de calcio que el esqueleto va a tener en la vida. En mujeres, en el inicio de la menopausia hay que reforzar el calcio, la vitamina D y los ejercicios. Las mayores de 65, además, deben hacerse una densitometría ósea. Los hombres, después de los 70.

Osteoporosis - Datos y Estadísticas

1 de cada 3 Mujeres de más de 50 años padece Osteoporosis
Las argentinas no se preparan para combatirla. Según un estudio, el 94% de las argentinas de entre 10 y 49 años no ingiere suficiente calcio, vital para evitar la enfermedad.
Una de cada tres mujeres mayores de 50 años sufre de osteoporosis, una enfermedad que se caracteriza por una disminución en la densidad y calidad de los huesos, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Si bien suele manifestarse después de esa edad, la osteoporosis va gestándose desde la juventud, por falta de hábitos saludables ; entre ellos, un consumo de calcio que en las mujeres argentinas apenas llega a la tercera parte de lo recomendado.
El hueso es un tejido vivo que se halla en estado de regeneración constante. Contiene dos componentes importantes: colágeno, que le da flexibilidad; y minerales, entre ellos calcio y fosfato, que endurecen la estructura del colágeno.
Desde el nacimiento, los huesos crecen en forma constante hasta alcanzar el pico de masa ósea, alrededor de los 25 años. Luego comienza el período de “mantenimiento” del esqueleto, y va decreciendo paulatinamente la densidad de los huesos. Al llegar a la menopausia, debido a la disminución de estrógenos, las mujeres comienzan a perder más tejido óseo; es entonces cuando aumenta la prevalencia de la osteoporosis.
No suele haber síntomas hasta que se produce la primera fractura. Se calcula que esta enfermedad causa en el mundo una fractura cada tres segundos, incluyendo tres de vértebra por minuto. Los sitios afectados con mayor frecuencia son cadera, columna y muñecas. Las fracturas de cadera suelen requerir cirugía y derivar incluso en una pérdida de autonomía, mientras que las de vértebra pueden causar pérdida de altura, fuerte dolor de espalda y deformidad.
Especialistas de la Fundación Internacional para la Osteoporosis (IOF, su sigla en inglés) advirtieron que también las mujeres jóvenes pueden sufrir fracturas por descalcificación, en especial cuando están embarazadas o amamantando, y no se alimentan adecuadamente.
Sucede que el calcio cumple una función destacada en la prevención de esta enfermedad silenciosa, tanto durante el período de crecimiento como durante la etapa de mantenimiento. Los requerimientos van variando según la etapa biológica que se esté atravesando, aunque siempre debe estar presente para que los huesos estén fuertes.
“La osteoporosis se previene en el consultorio de pediatría –destaca la nutricionista Silvia Seccia, del Instituto de Investigaciones Metabólicas (IDIM)–. La leche, el yogur o la chocolatada deberían formar parte de cada desayuno y merienda, en casa y en las escuelas. Si se puede tener buenos hábitos alimenticios desde la infancia, es más probable que perduren”.
Esos buenos hábitos incluyen la incorporación necesaria de vitamina D –imprescindible para fijar el calcio a los huesos–, y la actividad física. El calcio se encuentra principalmente en los lácteos (leche, queso, yogur enriquecido con calcio, que permiten cubrir del 60 al 70% del requerimiento diario); mientras que la forma más sencilla de obtener vitamina D es mediante una leve exposición al sol (cara, brazos y piernas) dos o tres veces por semana. Por eso, “para una vida saludable hay que enseñarles a los chicos a comer incorporando los lácteos, haciendo actividad física y exponiéndolos un rato al sol”, aconseja el profesor José Zanchetta, director científico de la IOF para América Latina.
Sin embargo, la Encuentra Nacional de Nutrición y Salud de 2007 mostró que el 94,3% de las mujeres argentinas de 10 a 49 años tiene una ingesta inadecuada de calcio: el promedio fue de 367 miligramos por día, en lugar de los 1.000 recomendados. En embarazadas, el consumo promedio fue de 446 miligramos, con un déficit en el 88,5% de los casos.
Durante el embarazo y la lactancia crece la demanda de calcio; no obstante, muchas futuras mamás ignoran que deben aumentar el consumo de lácteos. “En la mujer que ya presenta una descalcificación ósea, a todo tratamiento o medida que se tome, se le debe sumar calcio y vitamina D”, subraya el doctor Zanchetta.

Test Riesgo Osteoporosis



Interpretación de sus respuestas:

Si respondió “Si” a alguna de estas preguntas, no quiere decir que usted tiene osteoporosis. Las respuestas afirmativas significan, simplemente, que usted presenta factores de riesgo probados clínicamente, que pueden conducir a osteoporosis y fracturas.

Por favor, muéstrele esta prueba de riesgo a su médico o profesional de la salud, que probablemente le aconsejará realizar un estudio de densidad mineral ósea (DMO), y que lo asesorará, en caso de ser necesario, acerca del tratamiento recomendado.

Si usted presenta pocos o ningún factor de riesgo, debe, de todos modos, conversar con el médico sobre su salud ósea y controlar sus riesgos a futuro. También debe conversar sobre la osteoporosis con su familia y amigos, y alentarlos a realizar esta prueba.


Antecedentes Familiares

1. ¿A alguno de sus padres le diagnosticaron osteoporosis o alguno de ellos se quebró un hueso después de una caída leve (una caída desde la altura de parado o menor)?

Sí.                      No.

Factores Clínicos Personales:

Se trata de factores de riesgo, con los que se nace o que no se pueden modificar. Pero no significa que se los deba ignorar. Es importante ser consciente de los riesgos, de manera de poder tomar medidas para reducir la pérdida de mineral óseo.

2. ¿Alguno de sus padres tiene “joroba”?

Sí.                      No.

3. ¿Tiene 40 años de edad o más?

Sí.                      No.

4. ¿Alguna vez, durante su edad adulta, se quebró un hueso después de una caída leve?

Sí.                      No.

5. ¿Se cae con frecuencia (más de una vez durante el último año) o teme caerse por ser frágil?

Sí.                      No.

6. Después de los 40 años, ¿perdió más de 3 cm de altura (por encima de una pulgada)?

Sí.                      No.

7. ¿Presenta usted bajo peso (es su Índice de Masa Corporal, IMC, inferior a 19 kg/m2)? (Véase “Calcule su IMC”)

Sí.                      No.

8. ¿Alguna vez tomó corticoides (cortisona, prednisona, etc.) durante más de 3 meses consecutivos (los corticoides suelen indicarse en caso de enfermedades, como por ejemplo, asma, artritis reumatoidea y algunas enfermedades inflamatorias)?

Sí.                      No.

9. ¿Alguna vez le diagnosticaron artritis reumatoidea?

Sí.                      No.

10. ¿Alguna vez le diagnosticaron hipertiroidismo o hiperparatiroidismo?

Sí.                      No.


Para las mujeres:

11. Para las mujeres mayores de 45 años: ¿Su menopausia se produjo antes de los 45 años?

Sí.                      No.

12. ¿Sus menstruaciones alguna vez se interrumpieron durante 12 meses consecutivos o más (por razones ajenas a embarazo, menopausia o histerectomía)?

Sí.                      No.

13. ¿Le extirparon los ovarios antes de los 50 años, sin que usted realizara Tratamiento de Reemplazo Hormonal?

Sí.                      No.

Para los hombres:

14. ¿Alguna vez sufrió de impotencia, falta de libido u otros síntomas relacionados con bajos niveles de testosterona?

Sí.                      No.

Aquello que usted puede cambiar: Sus factores relacionados con el estilo de vida.

Factores de riesgo que pueden modificarse y que surgen, principalmente, por elecciones en la dieta o el estilo de vida.

15. ¿Bebe alcohol en exceso periódicamente (más de 2 unidades por día)? 

Sí.                      No.

16. ¿Fuma o ha fumado cigarrillos alguna vez?

Sí.                      No.

17. ¿Es su nivel diario de actividad física inferior a 30 minutos por día (quehaceres domésticos, jardinería, caminata, carrera, etc.)?

Sí.                      No.

18. ¿Evita usted consumir leche o productos lácteos, o es alérgico a ellos, y no toma suplementos de calcio?

Sí.                      No.

19. ¿Pasa usted menos de diez minutos por día al aire libre (con parte de su cuerpo expuesto al sol), y no toma suplementos de vitamina D?

Sí.                      No.


Calcule su IMC :

 


domingo, 9 de octubre de 2011

Plataforma Vibratoria - Osteoclasto


Los osteoclastos son células del hueso, sintetizadoras de la matriz ósea, por lo que están involucradas en el desarrollo y el crecimiento de los huesos. 
Los osteoblastos se disponen en el frente formador de hueso, en un capa epitelioide de células cuboideas o cilíndricas bajas. El núcleo, con nucléolo único, está muy desarrollado, situado con frecuencia en el extremo de la célula más distante de la superficie ósea. Además contienen un aparato de Golgi bien desarrollado, con numerosas mitocondrias, con abundante retículo endoplasmático rugoso que confiere un color intensamente basófilo al citoplasma.
FUNCIONES: Los osteoblastos son células óseas especializadas en producir la matriz particular que tiene el hueso, formado de cristales de hidroxiapatita, que están formados principalmente de fosfato y calcio. Los osteoblastos aún mantienen la capacidad para replicarse, hasta que son rodeados de matriz y pasan a un estado de mantenimiento de la misma denominadas osteocitos. El osteoblasto no es precursor del osteoclasto, como dicen por ahí abajo, dependen del sistema fagocitomononuclear, su función es hidrolizar la matriz, en el crecimiento óseo normal en los niños, en una quebradura y también para regular la concentración de calcio y fosfatos en sangre, por lo tanto estas células tienen receptores para la pth y para la calcitonina, hormonas secretadas por paratiroides y tiroides respectivamente, antagonista entre sí, para este balance hidromineral, los osteoclastos son células multinucleadas, tienen un borde en cepillo donde produce la fosfatasa alcalina para degradar la matriz. Como te dije son derivados del sistema fagocitomononuclear derivados de la unión de varios macrófagos, mientras que los osteoblastos son derivados de cellas osteoprogenitoras del periostio.


Osteogénesis

Los osteoblastos proceden de células osteoprogenitoras provenientes del periostio y en la médula ósea que son inducidos a la diferenciación a través distintos factores de crecimiento, particularmente como proteínas morfogenéticas del hueso. Las células osteoprogenitoras expresan el factor Cbfa1/Runx2. Una vez que los osteoprogenitores inician la diferenciación, comienzan a expresar una gama de otros componentes del hueso incluyendo ColágenoFosfatasa alcalinaosteocalcina, osteonectina entre otros.
Otros factores del crecimiento incluyendo el factor del crecimiento del fibroblasto, el factor plaqueta-derivado del crecimiento, factor de crecimiento transformante β, estos pueden promover la división de los osteoprogenitores y potenciar el incremento de la Osteogenesis.

Osteocito

Los osteocitos son células que se forman a partir de la diferenciación de los osteoblastos, que a su vez derivan de las células osteoprogenitoras. Todos estos tipos celulares, junto con los osteoclastos (de distinto origen), constituyen los elementos celulares del tejido óseo. Los osteocitos se encuentran en mayor proporción en los huesos osificados
Se pueden encontrar insertos en cavidades de la matriz ósea, denominadas lagunas osteocitarias, también llamadas osteoplastos. A diferencia de los osteoblastos, los osteocitos quedan conectados entre sí y con el resto de células óseas, mediante prolongaciones citoplasmáticas y uniones comunicantes denominadas uniones GAP, formando un sincitio. Los canículos de la matriz, que albergan a las prolongaciones citoplásmicas se llaman calcóforos. Tanto en las lagunas como en los calcóforos se encuentra líquido entre la matriz y las células (líquido intersticial).
El sistema de conexión que poseen es el adecuado para poder llevar a cabo un intercambio de metabolitos (iones) entre ellas, ya que son incapaces de moverse en una matriz popociada
Estas células son incapaces de dividirse, de verdad, pudiéndose ver en cada una sólo un osteocito. El citoplasma es ligeramente alargado y basófilo, con una enorme cantidad de prolongaciones citoplásmicas, tienen poco desarrollado el Retículo endoplásmico rugoso y el Aparato de Golgi, además hay pequeñas gotas de lípidos y pequeñas cantidades de glucógeno. Tienen la capacidad de segregar o reabsorber la matriz ósea que les circunda, de hecho se podría decir que estas células se han quedado atrapadas en su propia sustancia de secreción. A pesar de la distancia que hay entre los osteocitos, y de la cantidad de matriz que los separa, estos permanecen en contacto a través de pequeños canales que hay a lo largo del hueso. La comunicación de los osteocitos es importante para controlar la cantidad de hueso que se forma y deteriora.